10.8.12

Nuevos Enfoques en la Educación Musical

Justamente ahora, que vuelvo a salir al mercado laboral (hacía años que ya tenía stand propio y ahora me voy a otra ciudad) me sorprendo de ver cuánto y cómo ha ido cambiando el enfoque, tanto de l@s profesor@s como de los padres y madres de familia hacia el tema de la Educación Musical.

 Es cierto, el cambio no es masivo, pero ya atrapó a una parte de la sociedad (hablamos de la clase económica alta), y esperamos pronto se generalice.

 Actualmente hay un boom de demanda con respecto a los profesores/as de música, y precisamente los colegios que requieren a estos profesionales son bastante exclusivos. Esto implica que las prioridades de los padres y madres de familia de estos sectores ahora también incluye a la música como base importante de la educación. Definitivamente es un avance.

 Hace unas semanas estuve en un curso interesantísimo, compartiendo y conociendo, con compañeros músicos, un enfoque diferente para entender y enseñar la música bastante innovador (aunque lleva años poniéndose en práctica en algunos países), y algo que me marcó fue el uso del término "educador musical", que significaría "profesor de música", mientras que el especialista en Rítmica Dalcroze (ése era el curso) nos planteaba que debíamos ser Músicos Educadores, no educadores musicales.


Este juego de palabras realmente tuvo y tiene mucho significado, ya que implica profesionalismo, desarrollo personal y trabajo competente. Significa que, como profesionales, debemos pulirnos al máximo como músicos, para poder brindar la mejor educación musical a nuestr@s estudiantes. Y sin duda depende de nosotr@s, Músicos Educadores, generalizar la educación musical de calidad, hacerla imprescindible y realmente significativa para l@s estudiantes de todas las edades, de todos los contextos socioculturales.

 Y de eso se trata, compañer@s... de transmitir la música a través de nuestra vida, de generar un vínculo entre nuestr@s estudiantes y el mundo musical: Un vínculo fuerte, irrompible, que les permita crecer, en todos los ámbitos de su vida, sin olvidar su esencia.